EL CONOCIMIENTO PROPOSICIONAL.
Es el que está contenido en las
teorías o modelos. Puede ser descrito como conocimiento de “libro de texto”. En
el dominio de este conocimiento, una persona puede tener un considerable banco
de datos, teorías e ideas acerca de un tema, persona o cosa, sin necesariamente
haber tenido una experiencia directa de este tema, persona o cosa. Por
ejemplo: podemos desarrollar un considerable conocimiento proposicional acerca
de las regiones de nuestro país, sin necesariamente haber estado nunca cerca de
esas regiones.
Este conocimiento es muy
apasionante para nuestros alumnos, pues muchos de ellos se interesan por temas
que investigan a fondo porque son de su interés, aunque no se relacionen
directamente a diario con ellos, tienen ese banco de conocimientos. Es posible
tener conocimiento proposicional acerca de un gran número de temas.
EL CONOCIMIENTO PRÁCTICO.
Es el conocimiento
desarrollado a través de la adquisición de habilidades que pueden ser tanto
tipo psicomotoras como interpersonales. Por ejemplo, conducir un auto es un
conocimiento práctico. Se precisa que se puede tener un excelente conocimiento
práctico sin desarrollar un apropiado conocimiento proposicional (teórico).
En mi quehacer educativo yo lo
traslado a la materia de Física que imparto y que busca desarrollar ciertos
conocimientos prácticos en los alumnos como al resolución de problemas mediante
el uso del formulario y la calculadora, habilidades que les permitirán lograrlo.
Por otra parte, también se
desarrolla en los alumnos el conocimiento práctico mediante las exposiciones
por equipo, donde deberán desarrollar habilidades de expresión oral y el hablar
frente a grupos de manera clara y consistente.
EL CONOCIMIENTO
EXPERIENCIAL
El aprendizaje
experiencial en claras y resumidas palabras, es aquél que se origina en una
persona cuando tiene contacto con una experiencia que para él es sumamente
significativa, se traduce en emociones, sentimientos, y sensaciones que le
produce eso que aprendió y difícilmente puede ser traducido en palabras, es un
aprendizaje totalmente personal, que quizás otros no puedan llegar a entender.
Ejemplo:
En el grupo de segundo de
preescolar que actualmente atiendo, hablamos en una ocasión acerca de los
fenómenos y desastres naturales, realizamos diversas actividades en las que los
niños tuvieron oportunidad de investigar e indagar más acerca del tema; habían
pasado ya algunos meses de haber trabajado esto, sin embargo un niño “Ricardo”
caracterizado en el grupo por la apatía en muchas actividades, no dejaba de
hablar del tema, a quién llegaba le daba cátedra de lo aprendido… cierto día
llegó angustiado al aula a informarme que una llave estaba abierta, a lo que yo
presté poca atención hasta que escuché unos lamentos en un rincón, al darme la
vuelta ví a Ricardo sentado en una silla llorando amargamente, me acerqué a
preguntarle qué le pasaba cuando me dijo: “Todos nos vamos a morir… se va a
inundar y todos nos vamos a ahogar” sin dejar de llorar y con un rostro
sumamente angustiado, le pregunté si podíamos hacer algo y me dijo “sí… cerrar
la llave y así nos salvaremos”… acudimos al lugar de los hechos y asunto
resuelto.
La intensidad de lo que Ricardo
sentía por la situación descrita, es difícil de olvidar, creo que ha sido un
aprendizaje más allá de lo significativo para él, y me siento sumamente
satisfecha de poder presenciarlo.
LA CONGRUENCIA.
Se ha de poseer una
personalidad bien unificada, bien integrada, es decir, congruente consigo
misma. En un relación interpersonal concreta debe mostrarse tal como es, jamás
defensivo, nunca en pose; sus sentimientos deben estar asociados exactamente a
lo que se expresa. Como profesores humanista tenemos que tener una
congruencia sólida en nuestro actuar docente y en los principios que estamos
estudiando. Considero que es posible combinar nuestros sentimientos con lo que
reflejamos, todo consiste en saber poner límites con amor a nuestros alumnos.
LA CONSIDERACIÓN
POSITIVA INCONDICIONAL
Este punto consiste en prestar una atención cálida
al aprendiz, pero no una atención posesiva ni una envoltura afectiva,; se trata
de aceptar cualquier tipo de sentimiento sin ninguna intención evaluativa. Se
ha de permitir la expresión de los sentimientos de los alumnos cualesquiera que
sean, pues están ligados a la evolución permanente de la persona, especialmente
cuando se encuentran en una situación de relación interpersonal. En nuestro
actuar docente es muy importante tener presente a diario esta consideración
positiva incondicional con nuestros pequeñines, sin juzgar sus sentimientos,
solo apoyarlos escuchándolos de una manera abierta y sin prejuicios, ya que
muchos de ellos llegan a la clase con un costal de problemas que arrastran de
casa y no es concebible que aumentemos su carga juzgándolos. Recordemos que un
conocimiento no puede ser adquirido con autenticidad sino cuando está
relacionado con situaciones percibidas con problemas personales, que
atacan directamente al alumno en sus sentimientos y en su acción. No es bueno
juzgarlos, de lo contrario, resultará benéfico abrir un espacio en nuestra
clase en el que se pueda ventilar y resolver aspectos importantes para el
alumno, una buena oportunidad sería la clase de Formación Cívica y Ética, de
esta manera el alumno se sentirá aliviado de sus presiones internas y estará en
condiciones de aprender y superarse día a día.
LA COMPRENSIÓN EMPÁTICA.
Esta condición la considero
como un aspecto vital en mi trabajo escolar, misma por la que me esfuerzo día a
día para tenerla presente con mis alumnos, compañeros de trabajo y también con
los padres de familia, pero en especial con mis niños, he logrado crear un
ambiente empático con ellos en diversas situaciones, desde las faltas a clases,
el incumplimiento de alguna tarea, una carita triste o mirando a lo lejos, el bajo
aprovechamiento escolar de algunos niños, etc.
En la escuela se presentan
estas y muchas más situaciones en las que debo ponerme en los zapatos de mis
alumnos y comprender sus sentimientos y las causas que originan ciertos
comportamientos. Por otro lado trato siempre de que mis emociones no afecten a
mis alumnos, levantándome día a día con una actitud positiva y dejando fuera
del aula alguna situación personal que afecte mi desenvolvimiento profesional
en el grupo.
Asimismo, la comprensión
empática que tengo con mis alumnos consiste también el tomar en cuenta las
necesidades, sentimientos y actitudes de mis aprendices, pues esto me permite
aprovechar sus intereses para diseñar mis clases de acuerdo a sus necesidades.
El emplear esta condición de empatía y comprensión a comparación de otros
ciclos escolares me ha dado resultados satisfactorios con mis alumnos
llevándome día a día una gran satisfacción no solo de enseñar los aprendizajes
esperados que me marca el plan de estudios sino contribuyendo para que esos
mismos los empleen en el ámbito emocional respondiéndole a la vida.
EL REFLEJO.
Esta es una técnica que
consiste en la reexpresión de los mensajes del aprendiz para indicar cómo ha
captado las disposiciones íntimas y las actitudes del interlocutor. Por ello
como maestros debemos de ser auténticos, coherentes y congruentes, capaces de
coordinar la acción y el sentimiento. Solo cuando estas condiciones son
cumplidas cabalmente se produce con seguridad un proceso de cambio en el
aprendiz, mediante la cual las percepciones rígidas de sí mismo y de los demás
que pueda tener, se alivian, se sueltan y se logra abrirse a la realidad, a ser
más lo que siente, llegando a ser una personalidad más fluida, en evolución ,
aprendiendo más. Esta técnica ha sido fácil de practicar con mis alumnos,
recordemos que ellos son nuestro reflejo pues conviven gran parte del día con
nosotros y suelen imitar nuestras acciones y tomarnos como ejemplo, es por ello
que debemos de tener un tacto frágil con este concepto, actuando coherentemente,
autorregulando nuestras emociones….y contando hasta diez!
EL CLIMA ESPECIFICO.
Como maestros tenemos la
tarea de desarrollar la competencia específica de facilitar el desarrollo
autónomo del individuo y para ello provocar un clima permisivo, ni hostil ni
protector, en donde o habrá evaluación del comportamiento, de las necesidades yd
e los fines, es decir de la personalidad de los aprendices. Es necesario
despojarnos de prejuicios, de etiquetas y de la proyección de valores
conformistas sobre el otro. Si logramos proyectar esto en nuestra aula,
podremos construir en nuestros alumnos valores originales y que lleguen a
adquirir los conocimientos necesarios, sus propios requerimientos. Además de
buscar los materiales didácticos modernos que nos demanda la actualidad, para
que sean utilizados a disposición de los estudiantes sin ser impuestos.
Es cuestión de atrevernos a innovar, a buscar las condiciones que generen un
clima que propicie la autenticidad de cada uno de nuestros alumnos.
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