En
este video se aprecia la labor docente de una maestra de literatura cuyas
técnicas son totalmente fuera de lo establecido por el sistema. Al reflexionar
sobre lo que se ve en este video al principio el protagonista Kevin menciona
que esta maestra se le notaba que le gustaba lo que hacía, lo anterior me hace
reflexionar en cuanto a lo que nuestros alumnos piensan de nosotros, si
realmente demostramos ante ellos que amamos nuestro trabajo. Dice un adagio chino “encuentra un trabajo que
ames y no trabajaras ningún día de tu vida”, he descubierto que hay muchas
cosas que disfruto de mi trabajo como docente, y espero en ese sentido que mis
alumnos se den cuenta de que me gusta mucho lo que hago y que elegí por
convicción propia ser maestro.
Por
otra parte, dentro de los comentarios que hace el protagonista sobre esta
maestra es que algo que la hacía diferente al resto de los maestros es que se
arriesgaba. En este sentido me pongo a pensar en que tanto he arriesgado por
tratar formas nuevas y creativas de impartir
clases, en busca de que mis alumnos alcancen un aprendizaje significativo para
ellos, en otras palabras pensar en ellos más que en los programas.
En
otro segmento, se comenta que en la clase de la maestra podían decir lo que
quisieran ya que no había respuestas incorrectas, entiendo pues que se
propiciaba un ambiente de confianza que les permitía a los estudiantes expresar
sus ideas sin temor a censuras. En mi práctica docente considero propiciar ese
ambiente con mis alumnos al valorar, reconocer y agradecer cada participación
que haya en mi clase, para que en esa forma no duden en hablar y compartir lo
que piensan o sienten en cuanto a cierto tema que se trate.
Por
último, la maestra tiene un problema con el director de la escuela en cuanto a
su forma de evaluar a sus estudiantes, ya que maneja de inicio solo dos:
aprobado y no aprobado, por lo que después de que algunos padres no estuvieron
de acuerdo le pidieron que calificara de acuerdo al sistema de calificaciones
que existía, a lo cual accedió. Sin embargo, les pidió a sus alumnos que ellos
mismo se pusieran su calificación, por lo que nuevamente hubo conflicto con los
directivos así que le dieron un ultimátum para que se sometiera a los
procedimientos establecidos por el sistema educativo, para lo cual la maestra
prefirió seguir sus ideales y sacrificarse que seguir los lineamientos
establecidos y que según su opinión no servían en mucho para el aprendizaje de
los estudiantes. Respecto a lo anterior yo considero de acuerdo a lo que he
aprendido a lo largo de esta maestría donde se nos presentan modelos de
enseñanza humanistas, que la maestra estaba siguiendo un modelo humanista en
cuanto a su labor como docente ya que promovía en los alumnos la libertad de
pensar, expresarse y de reconocerse como seres humanos, como personas que son
únicas y con un potencial ilimitado de crecer. Por otra parte, está el sistema
promoviendo un conductismo firme, donde de hecho el director de la preparatoria
lo dice textualmente “los alumnos responden a las calificaciones”, a lo que la
maestra responde “mis alumnos están respondiendo muy bien”, en otras palabras
la maestra buscaba el aprendizaje significativo, aquello que les serviría para
hallar sentido a sus vidas, mientras que la escuela buscaba solo las
calificaciones que para ellos fueran justas. En este sentido, el sistema
presenta en la actualidad muchas condiciones basadas en el modelo conductista y
pocas en el modelo humanista, es difícil esforzarse por cumplir con el quehacer
educativo de manera más humanista cuando el sistema no lo promueve y en algunas
ocasiones hasta lo castiga. En lo anterior me siento en parte identificado con
la maestra, en mi poca experiencia como docente y con lo que he analizado en
las materias de esta maestría, entiendo que aún queda mucho por hacer dentro
del sistema educativo, pero también comprendo que para que ello cambie necesito
cambiar yo y necesito pertenecer al sistema para poder ayudar a los alumnos a
que tengan experiencias de aprendizaje más humanistas.
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